La Comunidad de Madrid destinará 4,8 millones de euros a año para garantizar la asistencia de al menos 17.882 personas dependientes. Fin del copago en la teleasistencia para uno de cada tres usuarios. Aumenta la plantilla de trabajadores en las residencias de mayores.

El Gobierno de Cristina Cifuentes va a destinar 4,8 millones de euros al año, un 23% más que hasta ahora, para garantizar la atención a domicilio de al menos 17.882 personas dependientes en la región.

La «telemonitorización de hábitos» es una de las claves de la evolución de una prestación social que comenzó funcionado como una simple telealarma. «La información obtenida a través de una red de dispositivos de tecnología sensorial es analizada mediante una serie de algoritmos que permitirá extraer patrones de comportamiento habituales del usuario dentro de su hogar, de tal forma que podamos identificar, de forma proactiva, situaciones potencialmente sospechosas de constituir un riesgo cuando las rutinas habituales no se cumplen», explica Carlos González, director general de Atención a la Dependencia y al Mayor.

Mediante la instalación de estos sensores en los colchones, por ejemplo, se podrá controlar si una persona se levanta de la cama en medio de la noche y no vuelve en un tiempo prudencial, lo que podría implicar que ha sufrido una caída. También se colocarán detectores de productos de combustión «tanto visibles como invisibles» que emiten una señal acústica en el hogar y una alerta a la central de la teleasistencia en el caso de detectar por ejemplo humo o fuego, una prestación particularmente recomendable para personas en el primer nivel de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

El contrato tiene una duración de tres años prorrogables por otros tres y un presupuesto global de 35 millones de euros, a los que se añade la posibilidad de modificar las condiciones en un 40%. «Habrá que esperar a ver qué oferta cada empresa para ver el número de usuarios a los que se les van a ir instalando estas novedades», explican en la Consejería de Políticas Sociales y Familia de Madrid, que dirige Carlos Izquierdo.

Según sus datos, en la región hay en la actualidad 34.594 usuarios de la teleasistencia, un 5,4% más que en 2016 y un 48% más que hace dos años. Una parte significativa del servicio lo presta el Ayuntamiento de la capital, a través de un convenio con el Gobierno regional que aporta cuatro millones de euros anuales, y el resto se financia directamente desde la Comunidad.

Aquí es donde se enmarca el nuevo contrato con el que se pretende incrementar el número de beneficiarios de este servicio, que empezó a funcionar hace 20 años. En este tiempo se han incluido mejoras para avanzar en la extensión «envejecimiento activo» como el dispensador de medicación, que recuerda las dosis farmacológicas prescritas por el facultativo de turno, y un sistema seguro de custodia de llaves para garantizar el acceso a la vivienda en caso de emergencia.

Entre los usuarios de la teleasistencia en Madrid destacan las personas que sufren artropatías, demencia y trastorno amnésico y enfermedades cardiovasculares. Casi la mitad de ellos tiene reconocido un grado 2 de dependencia y el 64% ha cumplido más de 80 años.

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